martes, 13 de diciembre de 2011

La Santa Misión de 1965



Dos Santas Misiones han tenido lugar en nuestra ciudad en el siglo pasado, y las dos tuvieron como protagonista a nuestra amada Patrona, la Virgen del Rosario. La primera se realizó en el año 1947 con motivo de su Coronación Canónica, y los frailes dominicos llevaron su predicación por todos los pueblos de la Diócesis, calificándose de éxito rotundo, y con la Virgen del Rosario por bandera. La segunda Misión General se celebró en Marzo de 1965 y su ámbito fue la Bahía de Cádiz y Vejer de la Frontera, aunque la participación de padres misioneros fue mucho mayor. Concretamente: 82 dominicos en Cádiz, repartidos en 30 centros en la ciudad; 10 padres paules en Vejer y 25 de la misma compañía en Chiclana; y 35 misioneros en San Fernando y 15 en Puerto Real, ambos del Sagrado Orden de la Compañía de Jesús. Estas misiones que a continuación detallaremos con detenimiento tenían como Misionera Mayor a nuestra Patrona, quien visito muchos de los centros misionales repartidos por toda la ciudad.



Por si cabe alguna duda detallamos lo que significaban estas Santas Misiones. En el pasado siglo las misiones se llevaron a cabo en el periodo de postguerra desapareciendo antes de los años 70. Su principal objetivo era el de acercar a los ciudadanos a la Fe, que en esos tiempos se encontraba debilitada tras el tormento de la Guerra Civil. Misiones que utilizaron también los políticos de entonces que las autorizaban y donde vertían discursos poco o nada beneficiosos para el principal fin de estas misiones, como profecías apocalípticas de grandes catástrofes o amenazas del retorno de la guerra. Con estos discursos no es de extrañar ver en fotografías de cualquier lugar de España una muchedumbre en cada acto misional que se llevaba a cabo. En las misiones se rezaba y se cantaba a la Virgen y a Jesús Sacramentado, y los sacerdotes misioneros predicaban la palabra en distintos templos y centros misionales repartidos por todas las ciudades.



Esta en cuestión del año 1965 se inició el 8 de Marzo con el recibimiento en Cádiz de los 82 padres dominicos, que partieron desde el Convento de Santo Domingo hasta la plaza de la Catedral donde el Sr. Obispo Mons. Añoveros los recibió y les impuso a cada uno la cruz misional. El cortejo que salió a las 6 en punto con los misioneros y la Virgen de Rosario desde Santo Domingo a la Catedral se formaba de la siguiente manera: Cruz procesional de la Santa Iglesia Catedral, seminario conciliar de San Bartolomé, clero regular y secular de la ciudad, cruces parroquiales yendo los párrocos con capas moradas y padres misioneros, cerrando el cortejo la Santísima Virgen del Rosario en unas andas portada por caballeros del Rosario y acompañada por la Banda de los Flechas Navales. A las 6.30 llegaba a la plaza la procesión acompañada de una multitud de personas que no pudieron acceder a la plaza de la Catedral, que ya se encontraba llena en esos momentos. Allí el obispo de Cádiz y Ceuta pidió al Señor y a la Stma. Virgen del Rosario un abundante fruto para la Santa Misión que acababa de comenzar. Al finalizar el acto y con el canto de la salve entonado por todos los allí congregados, se traslado a la Virgen a la Iglesia de Santiago, donde permanecería toda la noche para comenzar a visitar los centros misionales.



El día 9 la Virgen comenzó a recorrer los centros misionales del casco histórico, pasando por San Agustín y la Iglesia del Rosario para llegar a San Francisco donde pernocto. El día 10 salió en camino de la Iglesia de Ntra. Sra. del Carmen, y seguidamente busco la Parroquia de San Antonio haciendo antes estación en el Convento de las Madres Reparadoras. Ese día estaba prevista una gran misa colocando a la imagen de la Virgen en la puerta de San Antonio, pero la lluvia lo impidió. El día 11 la Virgen partió hacia San Felipe Neri, seguidamente marchó hacia la Iglesia Castrense del Santo Ángel, donde había sido exornado el patio con esmero para recibir a la Virgen, y finalmente llegó a San Lorenzo donde pernoctó. El día 12 llegó a la Iglesia de Ntra. Sra. de la Palma, pasando antes por las escuelas de La Viña. Seguidamente marchó a la Iglesia de Capuchinos y ya bien entrada la noche partió hacia el Convento de la Piedad de las Madres Concepcionistas donde fue recibida con el canto de la Salve por parte de las monjas y donde pernoctó hasta el día siguiente. En la mañana de 13 de Marzo partió la Virgen en Rosario de la Aurora hacia Santa Cruz, y ya por la tarde marchó a Santa María donde hizo estación y llegando seguidamente a la Iglesia de la Merced donde durante toda la noche se hicieron turnos de vela. La Virgen recorrió todos los centros acompañada de muchísimos fieles aunque en algunas jornadas se vieran sorprendidos por la lluvia como en el traslado de San Francisco a El Carmen donde los misioneros sugirieron que solo acompañasen a la Virgen los que gozaran de buena salud ante la impresionante tromba de agua que caía del cielo, aunque el consejo no fue tomado por ninguno de los allí presente y el pueblo volvió a caminar con su patrona sin miedo a la lluvia y a las enfermedades que podrían contraer.



En la jornada del 14 de Marzo la Virgen salió de la Iglesia Merced hacia la Plaza de San Juan de Dios, donde junto con Jesús Nazareno presidió el Magno Vía-Crucis de la Santa Misión. Las imágenes de los protectores de la ciudad fueron colocadas a los lados de la tribuna que presidía el Obispo Añoveros. A los laterales de la plaza se situaron las distintas imágenes de las cofradías de Cádiz que quisieron participar en este Vía-Crucis. Las imágenes que llegaron a la plaza de San Juan de Dios fueron las siguientes: Stmo. Cristo de la Expiración, Ntro. Padre Jesús Afligidos, Ntro. Padre Jesús de las Penas, Ntro. Padre Jesús de la Columna, Stmo. Cristo de las Aguas, Ntro. Padre Jesús Nazareno del Amor, Ntro. Padre Jesús de la Salud, Ntro. Padre Jesús de la Sentencia, Stmo. Cristo de la Piedad, Jesús de Medinaceli, Ntro. Padre Jesús en la Oración en el Huerto, Stmo. Cristo del Descendimiento, Ntra. Sra. de los Dolores (V.O.T.), María Stma. de los Desamparados, Ntra. Sra. del Amparo, Ecce-Mater y María Stma. de las Penas. Al finalizar el Vía-Crucis la Virgen de Rosario comenzó a visitar los centros de extramuro, partiendo junto con el Señor de la Oración en el Huerto hacia la Parroquia de San Severiano, donde pernoctó.



Desde el 15 hasta el 18 de marzo permaneció la Virgen en extramuros, visitando multitud de centro misionales entre los que se encuentra el ya citado de San Severiano, la Parroquia de San José, los Astilleros, los centros escolares Carmen Jiménez y Padre Villoslada, el Cuartel de la Guardia Civil, el colegio de los salesianos, el colegio San Felipe Neri y la Parroquia de Santo Tomas entre otros. Muy emotiva fue la visita a los Astilleros donde fue acompañada por multitud de trabajadores de la factoría que fueron a recoger a la Virgen a la puerta, que llegó con el acompañamiento musical de la banda de cornetas y tambores de los flechas navales. También esperaba a la Virgen el director de la factoría, D. Luis Delgado Leal. La Virgen recorrió todo el centro de trabajo pasando por todos los talleres, para que quedara situada en una amplia zona donde un obrero pronuncio una alocución. También muy emotiva fue la visita a la Parroquia de Santo Tomas, ultimo templo donde pernocto la Virgen en la noche del 17 de marzo. El Padre coadjutor de Santo Tomas hablaba así a sus feligreses el día anterior a la visita: “Mañana, por primera vez en nuestro barrio, nos van a traer a la Patrona” y a renglón seguido, la iglesia rompió en aplausos y en vítores a la Virgen del Rosario.



El jueves 18 de marzo a las 10 de la noche llegaba a Santo Domingo la Patrona acompañada de los fieles de todos los centros de extramuros. Según nos narra la prensa local de entonces, el gentío que acompañaba la Virgen al cruzar los arcos de Puerta de Tierra y al bajar la Cuesta de las Calesas era impresionante, sin que la vista alcanzara ver el final de la marea humana mientas sonaban cantos marianos. En la puerta del Santuario esperaba el prior de los dominicos, que rendía ferviente bienvenida a la Patrona. Acompañaba a la Santísima Virgen el Padre Lledó, director de la Santa Misión, y el Padre Ternero, delegado diocesano y provicario. Finalmente se le canto la Salve a la Virgen en acción de gracias a los ejercicios espirituales que alcanzó la misión. El día 19 tuvo lugar la clausura de la Misión en el Convento de Santo Domingo, oficiando la eucaristía el Sr. Obispo y el 20 la despedida de los padres misioneros.



Pero además de Nuestra Patrona, también tuvo gran protagonismo la imagen de La Galeona, que tenia previsto partir el día 13 de marzo del puerto de Cádiz en el remolcador de la marina de guerra R.A. 4 para llegar a la altura de Lerache, en alta mar, y visitar a la flota que allí realizaba sus labores de pesca, pero una avería impidió. Al día siguiente tras solventarse los problemas, pudo zarpar el barco que llevó a la Virgen a los pescadores para llevarle el mensaje del evangelio junto con los misioneros. La imagen de La Galeona desembarcó en el puerto de Cádiz en la ya madrugada del 18 de Marzo, entorna a la 1 de la mañana. Previamente a arribar a Cádiz, se celebró una eucaristía a bordo del remolcador. En el puerto gaditano se había congregado entorno a 4.000 personas pera ver la llegada de la Virgen que fue recibida con el canto de la salve. Inmediatamente después se organizó la procesión hacia el convento donde formaban parte los misioneros que habían viajado a alta mar con la Virgen. La procesión caminó en silencio por las altas horas y cruzo la virgen el dintel del convento a hombros de los padres misioneros.



Encabezando el articulo vemos una imagen de la Virgen del Rosario por la calle Plocia, de camino a la plaza de la Catedral. En la segunda ilustración corresponde al anverso y reverso de la estampa editada con motivo de la Santa Misión y en la tercera vemos a los padres dominicos participantes en el claustro del convento. En la cuarta fotografía vemos a la Virgen del Rosario en la Plaza de la Catedral, en el recibimiento a los misioneros. En la quinta y sexta imagen, vemos a la Virgen en el Convento de San Francisco, y su posterior traslado a la Iglesia del Carmen, a su paso por la Alameda, bajo una incesante lluvia. La séptima fotografía correspondo a la estancia de la Patrona en la Iglesia de San Lorenzo y la octava a la visita a la Iglesia de Nuestra Señora de la Palma. En la novena imagen se encuentra la Stma. Virgen en la Parroquia de San Severiano. En la décima y onceaba se reproduce la histórica vista a los Astilleros. En la penúltima fotografía se aprecia la llegada de la Virgen a su Santuario tras visitar los distintos centros misionales. Y por ultimo vemos una imagen de La Galeona una vez embarcada en el remolcador que la llevaría a alta mar para visitar a los pescadores.

lunes, 5 de diciembre de 2011

De un grabado a una pintura (II)

En un anterior articulo con este identico titulo, hablamos de un grabado del año 1749 del calcógrafo Delgado, y una posterior pintura fechada en 1765 de Miguel Cabrera, basada en el anterior grabado. En este se repite la historia, una pintura que reproduce un grabado anterior, siendo esta pintura muy desconocida y de la que nunca se había hablado hasta la fecha. Dos historias muy parecidas, encuadras en el mismo periodo de tiempo, y también con un pintor destacado del arte virreinal como protagonista.


El grabado en cuestión es muy conocido y data del año 1755, realizado por el artista González, autor de múltiples grabados. El mismo es una alegoría de la ciudad de Cádiz donde se muestra a todos sus patronos y protectores. Es conmemorativo del Milagro obrado por la Virgen del Rosario sobre la ciudad el 1 de Noviembre del citado año de 1755, cuando detuvo las aguas que avanzaban con gran fuerza para adentrase en tierra firme tras el Terremoto que tuvo su epicentro a pocos kilómetros de Lisboa. A raíz de tan glorioso acontecimiento, el Ayuntamiento refrendó oficialmente el patronazgo que ya ostentaba desde tiempo atrás la Santísima Virgen. El grabado es muy común verlo hoy en día ilustrando muchas de las publicaciones dedicadas a nuestra Patrona o de distinta temática cofrade de la ciudad, pero no lo fue así hasta 1947, fecha en el que el historiador gaditano Augusto Conté Lacave se hace eco del hallazgo de este grabado en un articulo publicado en el Diario de Cádiz el día 4 de mayo del citado año. El grabado se hallaba en una lamina suelta que adornaba un folleto con la siguiente inscripción: “El mas raro ingenio de la devoción. Lo que el cclo discurre cuando por si no puede lo que quiere. Sagrado panegírico que celebró el religiosísimo Convento de Santo Domingo de la Ciudad de Cádiz y en el día que la Hermandad siempre ilustre del Santísimo Rosario hizo la función por el estreno y colocación de la Señora en su nuevo camarín presente el Augusto Sacramento, el Real Senado de la Excma. Ciudad. Dijole el M.R.P. Fray Nicolás Sánchez Cobano, Lector de Teología en el Real Convento de San Pablo Orden de Predicadores, de la ciudad de Sevilla. Se imprimió de orden y a expensas de dicha Exma. Ciudad de Cádiz –Con las debidas licencias necesarias.- En la imprenta de D. Pedro Gómez de Requena, su impresor mayor. Año 1756”

El grabado como comentamos, tiene a todos los patronos y protectores de la ciudad del siglo XVIII, apareciendo en primer término el Nazareno, protector inmemorial de la ciudad, y a sus pies María Magdalena que es protectora desde 1681, tras interceder milagrosamente junto a Jesús Nazareno en la epidemia que sufrió la ciudad. También en primer termino, a la derecha, la imagen de la Patrona, ostentando el patronazgo por parte del pueblo desde 1730, y protectora de la ciudad desde 1646. A los lados de la Patrona y del Nazareno se encuentran los patronos, San Servando y San Germán, sobre los triunfos donde aun los encontramos en su actual ubicación de las Puertas de Tierra. El patronazgo de los Santos Mártires data de 1618. El único ausente es el copatrón de Cádiz, San Francisco Javier, glorioso apóstol de las Indias y Príncipe de la Mar, que ostenta el copatronazgo de Cádiz desde 1706. La Virgen del Rosario y Jesús Nazareno junto con la Magdalena, está rodeados de un rosario sostenido por querubines y corona la parte superior un Ave María. También en la parte superior encontramos dos leyendas: “Iesus Nazarenus Rex Iudeorum, Miserere Nobis” (Jesús Nazareno Rey de los Judíos, Ten Misericordia de nosotros) y “Regina Sacratissimi Rosarii, Ora Pro Nobis” (Reina del Santísimo Rosario, Ruega por nosotros). En la parte inferior del grabado encontramos el escudo de la ciudad dentro de una decorada orla y una leyenda con la inscripción "Emporium Gaditanum, y la ciudad vista desde el puerto de Cádiz. En el puerto vemos 4 triunfos, los dos de lo patronos, que inicialmente fueron ubicados en el puerto y que también aparecen junto al Nazareno y la Patrona en la parte central del grabado, los triunfos datan del año 1705; así mismo deducimos que el que se encuentra mas alejado es el de San Francisco Javier, ya que fue levantado inicialmente en la Puerta del Mar y data del año 1735; y llegamos a la conclusión de que el cuarto es el que un año mas tarde se construiría en honor de la Virgen del Rosario con motivo del milagro obrado en el maremoto, ya que el otro triunfo que existía en la época, el de la Inmaculada Concepción, fue levantado en 1695 y hasta el s.XX su única ubicación fue el convento de los frailes capuchinos.



Ahora vamos con este nuevo hallazgo. A raíz de este precioso grabado se encargaría una obra pictórica posiblemente también costeada por el ayuntamiento, como el grabado. La obra en cuestión fue realizada por el pintor mexicano José de Páez en el año 1770. Este pintor colonial inundó con sus pinturas la segunda mitad del siglo XVIII. Nació en México en 1720, hijo de un maestro de escuela. Páez fue un pintor muy prolífico perteneciente a la generación posterior a Miguel Cabrera (autor del cuadro de la Virgen del Rosario de la Catedral), que realizó excelentes retratos y pinturas de castas, así como composiciones religiosas que fueron en tamaño desde los escudos de monja hasta telas enormes que cubrían paredes enteras. Aunque sus obras están esparcidas en iglesias a través de México y Perú, parecería que su taller en la ciudad de México exportó mucha de su producción. Muere en 1790. El cuadro se titula “Alegoría de la Ciudad de Cádiz con Jesús Nazareno y Virgen del Rosario”, y está pintado al óleo sobre cobre y tiene unas dimensiones de 32,1 por 25,3 cm. Es una reproducción fiel del grabado, conservando todos los elementos y sin ninguna agregación importante a destacar y el autor hace una acertada elección de colores tanto para la orla, como para el interior de la misma, representado a Jesús y a María con los colores propios de la época; el Nazareno de morado y la Virgen del Rosario de rojo y azul. Está firmado en la parte inferior izquierda.

La ultima ubicación de la obra la tenemos en una subasta celebrada el 27 de mayo de 2009, en la casa de subasta Sotheby's, concretamente en la sede situada en Nueva York, dedicada al arte latinoamericano. El precio estimado de venta de dicha obra se sitúo entre 20.000 y 25.000 dólares. Anteriormente había sido adquirido en una subasta también celebrada en esta casa el 1 de julio del año 2000. Desde este blog instamos al Ayuntamiento de Cádiz o a cualquier otra institución de la ciudad, a que esta importante obra vuelva a Cádiz, ya que a parte de ser un gran exponente del arte colonial, representa las mayores devociones de nuestro pueblo y es historia viva de nuestra ciudad.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Algunos apuntes sobre la restauración de la Patrona por Pelaez del Espino en 1981




Como ya sabemos, la talla de la Virgen del Rosario es obra de José Manuel Rodríguez Fernández Andes, del año 1943, la cual vino a sustituir a la imagen del polifacético sacerdote Félix Granda y Buylla. La misma es de candelero para ser vestida y conserva las manos y el niño Jesús de la imagen que se perdió en los disturbios de mayo de 1931, siendo estas del siglo XVII de autor desconocido. La imagen fue bendecida el 25 de septiembre del citado año de 1943.


La talla de Nuestra Patrona fue restaurada a principio de la década de los 60 por el gaditano Miguel Lainez Capote, y en 1981 por el profesor sevillano Francisco Peláez del Espino, siendo esta la restauración que comentaremos en el este articulo. El restaurador elegido, no pudo ser mejor, siendo Peláez del Espino el más afamado restaurador sevillano de la década de los 70 y 80, encargándose de los trabajos de conservación de obras tan importantes como el Gran Poder, los titulares de la Hdad. de la Estrella, los titulares de la Hdad. de Pasión, el Cristo de la Expiración del Museo, los titulares de la Hdad. de las Aguas o el Nazareno del Silencio entre otra multitud de trabajos sobresalientes.



Es en el mes de Octubre de 1980 cuando la comisión “Cádiz por su Patrona” designa al restaurador sevillano para acometer un trabajo urgente de restauración con el beneplácito de los Padres Dominicos. La imagen se encontraba en un alarmante estado, por el ataque de xilófagos, al ser gran parte de la talla de la Patrona de madera de pino, muy vulnerable al ataque de estos insectos. El acuerdo se rubrica el 6 de Noviembre de 1980 con la visita al convento del profesor Peláez. Primeramente se decidió que el día elegido para el traslado de la Virgen a Sevilla fuera el 17 de noviembre, pero este quedaría retrasado finalmente al 29 de diciembre. La Virgen quedó depositada en una dependencia del Alcazar sevillano, donde Peláez del Espino tenía el taller. Nada mas llegar la Santísima Virgen a Sevilla, fue visitada por diversas hermandades que dan culto al Stmo. Rosario. Especial mención tenemos que dar de la Hermandad de los Negritos, fundada por gente de color al igual que la cofradía del Rosario gaditana. Estos se encargaron de llevarle frecuentemente flores a la Virgen mientras permanecía en el taller, y así mismo se ofrecieron para trasladar a Cádiz a la Virgen tras el proceso de restauración. Al marcharse la Virgen hacia Sevilla, se recibió en el convento de Santo Domingo una carta anónima dirigida a la Patrona que incluía el siguiente verso:

La Virgen del Rosario
ya está en Sevilla.

Unas manos
expertas,
con amor que emociona,

la pondrán pron
to buena
del mal de
la carc oma.
La Virgen de los Reyes
al enterarse,

le ha dicho con cariño:
¡Tu aquí, no estarás so
la,
porque los sevi
llanos,
desde a
hora
ya tienen dos Patronas!

En el trabajo de restauración que se iniciaría a primeros de enero, se contó con los servicios técnicos de la empresa Xilazalba, filial de Desowas-Bayer, especialista en el mundo en los problemas de xilófagos. Así mismo, el profesor López Gil, del que fue discípulo el profesor Peláez del Espino, fue el encargado de realizar los diferentes informes y el máximo asesor técnico para que la obra fuera realizada por Peláez y su equipo. El 11 de enero de 1961, el periodista de ABC, Fernando Galán, le realiza una entrevista al profesor Peláez del Espino, quien detalla los pormenores de la restauración y que a continuación le transcribimos:

-¿Qué tiene la imagen profesor?
Está atacada de xilófago-anubium. Se puede decir que la imagen está muy deteriorada, afectándole, además, los cambios bruscos de la climatología gaditana. Por tanto, la madera de la talla está en muy malas condiciones, en muy mal estado.
-¿Es el xilófago el mal mas peligroso en este tipo de tallas?
Indudablemente. Y en esta imagen de la Patrona de Cádiz se aprecia ya en el exterior los huecos de salida de los ca
nales perforados en su interior.
-¿Será difícil la labor de restauración?
Habrá que hacer una gran labor radiológica antes de abrir la imagen para su consolidación interior. El trabajo que se ha de realizar es muy parecido al que se hizo con la escultura del Gran Poder.
-¿Cuánto tardará el trabajo que va a realizar?
Aproximadamente unos tres meses. No solo la Virgen está atacada por el xilófago, sino el Niño Jesús y las manos de la Señora que son
del siglo XVII o principios del XVIII y que tienen el mismo problema.
-Muchas imágenes, profesor, al ser restaur
adas cambian de expresión y se alejan bastante de sus líneas tradicionales…
La P
atrona de Cádiz, como ya es costumbre en los trabajos que ha realizado el equipo que dirigí con anterioridad, no cambiar á en absoluto su fisonomía.


Cuatro meses después concluía la restauración de la Santísima Virgen. Como hemos leído en la entrevista comenzó con un amplio estudio radiológico para profundizar en las tallas de la Virgen y del Niño Jesús. Las fotografías radiológicas fueron realizadas por el doctor Ángel Rodríguez de Quesada y en ellas se puede apreciar los males que afectaban a la talla, tales como una fisura a todo lo largo del rostro en sentido vertical y la unión de la cabeza con el embón estaba realizada por medio de puntillas en las que aparecieron grandes colonias de hongos. Así mismo y mediante estas fotografías se comprobó que la Virgen esta realizada de distintas clases de maderas y que la talla del pelo se hallaba oculta bajo una capa de yeso que con la labor de Peláez del Espino quedó al descubierto. La climatología de la ciudad tuvo que ver en el estado de conservación de la imagen, ya que la talla de la Virgen y el Niño Jesús estaban humectadas, propiciando el ataque de hongos y xilófagos, llegando al punto de encontrarse totalmente destrozadas las varillas que conformaban el candelero. Otro factor que no ayudo en absoluto a la conservación de la Virgen fue la restauración producida a principios de los 60 por Lainez Capote, que al no saber atacar a los insectos que corroían la madera, se limito a repintar la imagen, retocándole cara y manos. Además la Virgen y el Niño Jesús presentaban lavados en su encarnadura a base de disolventes (jabones) realizados por medio de alguna fibra vegetal (estropajos), así como una quemadura en la frente, que le debió producir un objeto esférico candente, posado sobre la talla durante cierto tiempo.



En el proceso de restauración se realizo un candelero de acero calmado, que es inoxidable para que la imagen resistiera totalmente a la acción marina de nuestra ciudad. También se le instalo a la imagen una “percha” que sostiene el cuerpo y le une al candelero, la cual es la que soporta todo el peso de la corona y manto. A las dos tallas se le trataron químicamente para su disecación y desinfectación, y se soldó químicamente la fisura de la cara que citamos anteriormente. Se le elimino el artilugio de la corona y los clavos que unían la cabeza con el cuerpo fueron tratados químicamente para avistar así su oxidación y aislarlos de la madera. Por ultimo se vistió la Virgen con un traje interior de terciopelos y sedas para que la Virgen siempre estuviera en perfectas condiciones estéticas.



En la mañana del 25 de abril de 1981 era recogida la Virgen para trasladarla de nuevo a Cádiz y tras 118 días de ausencia, volvía la Virgen al convento en un vehiculo de un miembro de la comisión “Cádiz por su Patrona” que fue acondicionado para acometer el viaje. Los mismos miembros de tal honrosa comisión se encargaron de pintar la escalera de acceso al camarín así como de adquirir cuatro lámparas votivas. A esta misma comisión se le debe el estreno del paso procesional de la Virgen en octubre de este mismo año de 1981; poco después se disolvería. Por ultimo destacar que el día 30 de abril de 1981 se celebró un solemne besamanos de acción de gracias concluido con el canto de la Salve por tal feliz restauración. Al día siguiente, el 1 de mayo, la Virgen lucia majestuosa en su triduo conmemorativo por el 34 aniversario de su Coronación Canónica.



En las fotografías que integran este artículos se aprecia la Virgen antes de la restauración, tomada por ABC y despues de la restauración publicadas en la Hoja del lunes y en Diario de Cádiz, así mismo podemos observar al niño Jesús en el momento del traslado en brazos de Fray Manuel y una vez ya depositado en el taller de Peláez. Seguidamente vemos una fotografía radiológica frontal de la Virgen, y por ultimo y de derecha a izquierda al miembro de la comisión e historiador Ángel Mozo, al profesor Francisco Peláez del Espino, a Fray Manuel y a Pepe “El Carpintero”.

martes, 15 de noviembre de 2011

Gozos en alabanza de María Santísima Nuestra Señora y de su Santo Rosario


El Beato Fray Diego José de Cádiz, es sin duda uno de los grandes personajes ligado estrechamente a la Devoción de Ntra. Sra. del Rosario. Este fraile capuchino que nació en nuestra ciudad en 1743 ha dejado en sus escritos diversas obras dedicadas a Nuestra Patrona, entre las que destacan sus oraciones a la Santísima Virgen, la “Devota Novena en Obsequio de María Santísima Nuestra Señora del Rosario” y sus “Gozos en alabanza de María Santísima Nuestra Señora y de su Santo Rosario”, que son estos últimos los que a continuación les transcribimos completos.

Cantemos con devoción
A la que es de Dios Sagrario:
Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Aquí la fe resplandece
Y la religión se ensalza,
Se abjura la secta falsa,
Y el dogma más resplandece:
El que así no lo creyese,
Es digno de corrección.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Es fuente del Paraíso
De que al mundo se deriva
De la gracia el agua viva
Para el remedio preciso:
El pecador que la quiso
Halló aquí su salvación.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Es el árbol de la vida,
El iris que vió Noé,
El símbolo de la Fe,
Del cielo escala y subida,
Es de la gracia perdida,
Medio de restauración.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Es la vara prodigiosa
De Moisés profeta santo:
Es vara de poder tanto
Que a Luzbel rinde y destroza,
Es la vara fructuosa
Del gran sacerdote Aarón.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Es un rosal misterioso
Llamado de Jericó,
La escala que Jacob vió
En sueño maravilloso,
Camino nada fragoso
Para la eterna mansión.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Escudo es de Josué
Contra el poder infernal
Y del pecado mortal
Remedio y así se ve
Que el Rosario siempre fue
Medio de reformación.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

La zarza de Oreb mostraba
Del Rosario la virtud
Porque por él su salud
El mundo recuperaba:
Dios así nos preparaba
Un bien sin comparación.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Es la ciudad preparada
Por Dios para mi refugio
En donde hallase el refugio
De su ira exarcebada
Al alma aquí cobijada
Se dará indulto y perdón.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Es la torre guarnecida
De David, donde los fuertes,
Armados de varias suertes,
Ven su virtud defendida
Siempre aquí será vencida
La cabeza del dragón.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

El Arbol representado
A Nabuco en su reposo,
Fue símbolo misterioso
Del Rosario, himno sagrado.
Por él bienaventurado
Puede ser cual ya otros son.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

El Rosario bien rezado
Es remedio universal
En todo quebranto y mal
Para el hombre atribulado,
Señal de predestinado
Es tan santa ocupación.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

A toda virtud excita
Rezar el Santo Rosario
Si este ejercicio diario
Con devoción se ejercita
Todo impedimento quita
De la santificación.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Todo aquel que con pecado
Ha gravado su conciencia,
Logrará hacer penitencia
Si el Rosario es aplicado:
El será en otro mudado
Dispondrá su obstinación.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Y si pecaste, ¡alma mía!
Y hallar quieres penitencia,
Busca luego la clemencia
De tu gran Reina María:
En su protección confía
Conseguir la contricción.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Que Dios ha de perdonarte
Ten por cierto, si a María,
Invocares con Fe pía
Tratando tu de enmendarte
Tu conseguirás salvarte
Si alcanzas su protección.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

No te vencerá el pecado,
Ni sus fuertes tentaciones
Si en tan santas oraciones
Te hallaren ejercitado:
No tampoco el fuerte armado
Puesto en tal ocupación.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Aquel que el Ave María
Devotamente rezare
Y a la Virgen saludare
Con virtud y oración pía,
Del juicio en el gran día
No verá su perdición.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

El justo, el angel y el santo
Con acorde melodía
A su Emperatriz María
Le alaban con este canto,
El cielo se alegra tanto
Con esta salutación.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Aquel que por su impiedad
De rezar deja el Rosario,
Es juzgado temerario
E incurre en grande maldad:
Por Ella el Dios de bondad
Le mira con adversión.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Todos, pues, con voluntad
El Rosario le recemos
Y con él siempre alabemos
A la Madre de Piedad:
Toda la Divinidad
Puso aquí su habitación.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Es remedio universal
El Rosario sacrosanto
De toda pena y quebranto
Y en todo peligro y mal:
Su virtud es tanta y tal
Que sana toda aflicción.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Sus misterios considera,
Si con fruto has de rezarlo,
Lo contrario es malograrlo,
O poco bien produjera,
Sin devoción verdadera,
No sirve esta invocación.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

De Jesucristo la vida
El Rosario nos propone,
Y en eso a todos impone
Que es su imitación debida,
También es cosa sabida
Que es regla sin excepción.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

En tres clases dividido
Estos misterios verás,
Y en ellos meditarás
Como fuimos redimidos:
Tus sentidos recogidos
Ten en su meditación.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

En los misterios Gozosos
Hallarás alta doctrina,
Y de efectos una mina.
Los más tiernos y amorosos
Son los verdaderos gozos
En nosotros su fruición.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Si meditas con fervoro
Los Dolorosos misterios
Sacarás afectos serios
De compasión y dolor.
Por ellos tu Redentor
Te exige su imitación.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Todo el bien que de Dios viene
Con sus tesoros preciosos,
En los misterios Gloriosos
Hallarás que se contiene:
Medítalos cual conviene
Y en ellos pon tu afición.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Venid todos y alabemos
A nuestra Madre María,
Y en toda hora cada día
Devotos la veneremos:
Si así fuere, no dudemos
De su gran retribución.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

A vuestros pies, gran Señora,
Tu pueblo favorecido,
Con afecto el más rendido
Postrado, humilde os adora
Para siempre desde ahora
Os pide la bendición.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Por tí benditos seamos,
Como humildes lo pedimos:
Y pues por Tí a Dios tuvimos,
Por Tí también le veamos:
Por vuestro medio esperamos
Verle en la Santa Sión.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

Por tiempo y eternidad,
En la vida y en la muerte
Pongo en tus manos mi suerte,
Mi bien y felicidad:
Que me ampare tu bondad
Es toda mi petición.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

A todos, pues, Madre amable,
Que ahora en vida os alabamos,
En la gloria así veamos
Al Númen Trino inefable
Cuyo nombre es admirable
Por eterna duración.

Señora, por tu Rosario,
Logre yo mi salvación.

lunes, 7 de noviembre de 2011

De una grabado a una pintura (I)

La cantidad de pinturas y de grabados existentes de Nuestra Patrona y la calidad de los mismos son una prueba patente de la devoción adquirida a lo largo de los siglos. Teniendo en cuenta el número y la factura de los mismos, podemos decir que es la Imagen Sagrada de nuestra ciudad que más y mejor ha sido retratada. Ya no solo artistas locales sino grandes pintores de la floreciente Nueva España dejaban para la posteridad sus obras dedicadas a la Santísima Virgen con el sello del arte colonial que tanta valía adquirió en el Imperio. De un grabado de 1749 y de una pintura posterior basada en el mismo grabado hablaremos en este artículo.


El grabado en cuestión fue posiblemente encargado por el obispo de Cádiz, Tomas del Valle para publicar unas indulgencias concedidas a quienes le rezaran a la Santísima Virgen. El dominico Fray Tomas del Valle fue uno de los grandes obispos que han quedado marcados en la historia de Nuestra Patrona y del convento gaditano con letras de oro. Este madrileño, hijo del convento de Málaga, llego a Cádiz como regente de estudios y fue elegido prior del convento desde 1725 a 1727, año en el que se vio obligado a dejar el cargo al ser nombrado Obispo de Ceuta. En 1731 es trasladado a la Diócesis de Cádiz, la cual regenta hasta su fallecimiento en 1776. En el grabado se puede leer la siguiente inscripción en la parte inferior: “Regina Sacratissimi Rosarii; Verdadero retrato de Maria SSma del Rosario, Patrona de esta Ciudad de Cádiz, venerada en la Iglesia del Convento del Sagrado Orden de Predicadores de esta dha Ciudad. El Illmo S D. Fr. Thomas del Valle, Opo de dha. Ciudad, concede 40 días de Indulgencias a todas las personas que rezaren un Ave Maria a esta Sra y otros 40 a los truxieren su Estampa.; El Illmo. S D. Fr. Manuel Tercero, Opo de Ycassio, concede los dhas Indulgencias en la misma conformidad.” El mismo esta firmado por el calcógrafo Delgado en el año 1749 como indicamos anteriormente. En el, aparece la Patrona bajo templete procesional adornado con jarras y candelabros sostenidos por ángeles. La virgen del Rosario, vestida como era costumbre en la época, con manto y saya bordada y carente de corona, posiblemente a criterio del autor. Como curiosidad vemos en los bordes del manto flores, al igual que aparecen en otros grabados y pinturas que también veremos de la Santísima Virgen en esta página. Esta costumbre perdida en la vestimenta de Nuestra Patrona se sigue utilizando en la imagen de la Virgen del Rocío de Almonte quien tiene una iconografía muy similar a la de la Patrona. Completan el grabado dos Ángeles que desde nubes portan pergaminos con las letanías de la Virgen y querubines en la parte superior del mismo. Como dato histórico, vemos que la iglesia y el pueblo de Cádiz ya reconocía el patronazgo de la Virgen del Rosario en el año 1749 como se ve en la inscripción inferior, aunque no fuera hasta 1755 cuando el ayuntamiento lo declara oficial tras el maremoto de Lisboa. Un ejemplar de este grabado se conserva hoy en día en el Convento de Santo Tomas de Aquino, situado en la sevillana calle de San Vicente.

La prosperidad llega a la ciudad con el comercio con las Indias, y esto trae consigo un gran enriquecimiento cultural, no solo con genoveses, sino también con los grandes artistas de las Américas. No se sabe si el mismo Fray Tomas del Valle o uno de los comerciantes que viajaban con frecuencia al nuevo mundo encarga al importante pintor Miguel Cabrera en el año 1765 una reproducción del mismo grabado pintada al óleo sobre lienzo. Miguel Cabrera (1695-1768) fue un pintor novohispano, uno de los artistas más prolíficos del arte virreinal del siglo XVIII. Nació en Antequera (hoy Oaxaca) y en 1719 se trasladó a la Ciudad de México donde fue pintor de cámara del arzobispo José Manuel Rubio y Salinas, y fundador en 1753 de la primera academia de pintura de México. En su obra destaca las pinturas de temas marianos, en especial de la Virgen de Guadalupe. En la catedral además del cuadro de la Virgen del Rosario hay otro de este autor con el nombre de “Inmaculada Concepción Apocalíptica”.


El cuadro de la Virgen del Rosario tiene unas dimensiones de 125x94 cm. y está montado en una media caña sencilla de madera dorada. Comparando el grabado y la pintura descubrimos algunas diferencias y añadidos. Cabrera consigue centrar mas la atención en la Virgen dándole más profundidad al cuadro. La Patrona apenas tiene variantes con el grabado, aunque desaparece el cetro y algunos bordados del terno. En la parte superior del templete añade dos ángeles portando una corona y en la “mesa” del paso añade un pequeño mantel bordado en sedas y oro con una puntilla dorada al borde. Así mismo añade las caídas que no aparecen en el grabado, siendo estas bordadas también en oro y sedas. En estos detalles podemos ver la creatividad del autor y el buen gusto del mismo. Por último y como nota más destacada añade la figura de cuatro santos de rodillas. Estos son: San Rafael Arcángel, el Patriarca San José, San Antonio de Padua y San Diego de Alcalá. El primero y el último contemplan a la Virgen, mientras que los dos centrales miran a Jesús, que lo sostienen en sus brazos. La obra fue restaurada a principios de los 90 por Diego de la Rosa Ortiz y la profesora María Pemán Medina quienes llevaron a cabo una labor conjunta de consolidación y reintegración. Hasta hace pocos años el cuadro estaba situado en el arco central del trascoro de la Catedral, justo en frente de la puerta principal del primer templo gaditano, hasta que fue retirado por motivos de seguridad al efectuarse en la Catedral unos supuestos robos de otras obras de arte que meses mas tarde aparecieron en la sede del Obispado de Cádiz. Ya la catedral cuenta con dispositivo de seguridad con cámaras de vigilancia, pero la obra no ha sido colocada en su sitio, siendo esta sustituida por una replica de la Cruz de Juan Pablo II. Desde aquí instamos al Cabildo Catedralicio de Cádiz a que vuelva a colocar en su ubicación tan importante obra de arte, no solo ya por su valía histórica y artística, sino por su gran contenido sentimental para el pueblo de Cádiz. Seguro que el Cabildo Catedral encuentra una mejor ubicación para el replica de la Cruz del Beato Juan Pablo II dentro de las amplias naves del templo catedralicio.

La fotografía del cuadro “Virgen del Rosario” pertenece a José María Collantes, autor del blog “Arte en Cádiz” a quien agradezco su gentileza.

lunes, 31 de octubre de 2011

La Galeona en las Islas Mauricio



Investigando por la red encontré este video de la Virgen del Rosario Galeona recorriendo las calles de la capital de las Islas Mauricio, Port Louis, a hombro de los guardiamarinas del Buque Escuela Juan Sebastian Elcano, sin duda un documento maravilloso y todo un orgullo para la ciudad de Cádiz. Nos trasladamos al año 1987 para contar lo que allí sucedió.

A finales del año 1985 después de muchos años en los que La Galeona no surco los mares, se va fraguando el proyecto de volver a embarcar a la Virgen en el Juan Sebastian el Cano, Buque Escuela de la Armada Española, para su LVII Crucero de Instrucción por los mares del mundo. La misión contó con el apoyo del Prior de los Dominicos en Cádiz por aquel entonces, el Rvdo. P. Fray Vicente Díaz; del Alcalde de la Ciudad, Don Carlos Díaz; y del Capitán General de la Zona Marítima del Estrecho, el Excmo. Sr. Don José Joaquín Rodríguez-Guerra. Así el 10 de enero de 1986, La Galeona era embarcada en el Buque, siendo comandante del mismo Don Rafael Martí. Tras esta singladura que duró 156 de viaje y 45 de estancia se acordó que se repitiese cada tres años.

Sin embargo al declararse el año 1987 Año Santo Mariano, se decidió volver a embarcar a la Galeona en el LIX Crucero de Instrucción y VII vuelta al mundo de Juan Sebastian Elcano siendo esta vez comandante del buque Don Gabriel Portal. El día 14 de septiembre de 1987 tras celebrarse la misa de despedida de los Guardiamarinas en el Convento de Santo Domingo y tras la firma de los documentos de cesión de la Virgen Galeona, se iniciaba la procesión con la Sagrada Imagen camino del muelle de Cádiz para su embarque en el buque escuela. La vuelta al mundo tendría escala en los siguientes puertos: Alejandría (Egipto), Port Louis (Islas Mauricio), Fremente, Melbourne, Hobart y Sidney (Australia), Welligtown (Nueva Zelanda), Tahití (Polinesia Francesa), Callao (Perú), Miami (Estados Unidos), Halifax (Canadá) y Dublín (Irlanda), para terminar el viaje en la localidad pontevedresa de Marín y regresar a Cádiz con la Santísima Virgen el 21 de julio de 1988.

Pero hablemos de las imágenes que nos ocupan, la escala en las Islas Mauricio, país situado en sureste Africano con pasado colonial portugués, francés y británico quienes dejaron una arraigada tradición católica. Aunque la mayoría de la población es de confesión hindú, los católicos son aproximadamente el 30% de la misma. A mediados de diciembre llegaba el buque a su segunda escala, Port Louis, capital del archipiélago, y al ser Año Santo Mariano declarado por Su Santidad Juan Pablo II, fue llevada en procesión la imagen de La Galeona hasta la Catedral de Saint Louis. La Virgen acompañada por miles de personas, a hombros de los guardiamarinas y con el acompañamiento musical de la banda de música del buque escuela que interpretó marchas procesionales. Con el templo abarrotado, como atestigua el documento, ofició una solemne eucaristía el administrador apostólico del lugar, Monseñor Nagapen. Los periódicos de las islas enviados a Cádiz nos deja las siguientes crónicas de los hechos: “Miles de mauricianos rindieron homenaje a la Virgen de Cádiz. Un acontecimiento que marcará el Año Mariano de Mauricio con un jalón memorable. La vitalidad de la Iglesia de Mauricio, alimentada por la vitalidad del catolicismo de España de siglos pasados.” y otro decía así: “Procesión por las calles de Port Louis. Una muchedumbre de devotos siguieron a la Virgen de Cádiz hasta la Catedral”. Un acontecimiento que fue sumamente importante para las Islas Mauricio y como no, también para la ciudad de Cádiz y para la Patrona de los mares de España, la Virgen del Rosario Galeona.

sábado, 22 de octubre de 2011

La vinculación entre Cádiz y Rota por el Rosario

La devoción al Rosario en Rota data del año 1532, cuando los Padres Dominicos fundan su convento en la villa, después de un largo litigio por la tierras donde se edificaría este, entre los monjes y la casa ducal de Arcos, quien finalmente cedería las tierras y construiría el convento. No se tiene constancia de presencia de los Dominicos en Cádiz hasta 1544, que llegan procedentes del convento de Rota para preparar una gran expedición al Nuevo Mundo al mando del insigne Fray Bartolomé de las Casas, aunque no sería hasta 1635 cuando fundaran convento en Cádiz. Ya desde 1620 tenían presencia en esta ciudad, pues eran los encargados de la dirección espiritual de la Cofradía del Rosario, aunque carecieran de casa. Por aquel entonces, la orden contaba con casa en Jerez, Alcalá de los Gazules y Sanlucar de Barrameda.

Si bien es cierto, la fundación del Convento de Rota no cuajó y en 1550 el provincial de la orden daba autorización para dejar las tierras donde se edificó el antiguo convento, que previa autorización del Duque de Arcos, propietario de la Villa de Rota, pasaría a manos del convento que la Orden poseía en Marchena para su posterior venta a los Mercedarios. Un proyecto que inexplicablemente no tuvo fortuna a pesar de su excelente ubicación y del apoyo de los duques. A pesar de la corta estancia de los dominicos, a ellos se debe lo que años más tarde seria una incipiente devoción, la de la Virgen del Rosario, hasta el punto de llegar a ser Patrona de la Villa.

En 1671 ya se tienen referencia de la existencia de la Hermandad delRosario de Rota, que se funda siendo filial de la de Cádiz, adoptando sus mismas reglas. Esta filialidad dura hasta 1805, cuando el Rey Carlos IV aprueba unas nuevas constituciones y reglas tras solicitar la Hermandad a las autoridades eclesiásticas la separación filial de la Hermandad de Cádiz. Pero a pesar de que la hermandad roteña decidiera un nuevo camino, la unión entres ambas devociones quedarían para siempre.




Tal unión quedaría reflejada el 4 de mayo de 1947, día de la Coronación Canónica de la Virgen del Rosario de Cádiz, siendo la Virgen del Rosario de Rota una de las diez patronas de la provincia que llegaron a la capital y la única que no pertenecía a una población de la Diócesis de Cádiz, ya que la Villa pertenecía por aquel entonces a la Archidiócesis de Sevilla y actualmente a la de Asidionia-Jerez. La Virgen llego a Cádiz por mar, desembarcando en el muelle gaditano a primera hora de la mañana para dirigirse a la Plaza de la Catedral, lugar de encuentro de todas las patronas y de donde partiría la procesión camino de San Antonio. Acompañado a la Virgen del Rosario vinieron muchísimos roteños, encabezados por su Alcalde, don Manuel Pirua Benítez y entre otras autoridades el Comandante de Marina, Sr. Sicre, y el Comandante Militar, Sr. Fábregas. Ocupaba el cargo de Hermano Mayor de la Antiquísima, Real y Venerable Hermandad de Nuestra Señora del Rosario don José León Carranza, Marque de Villapesadilla que meses mas tarde sería nombrado Alcalde de Cádiz y quien era hijo adoptivo y benefactor de Rota, y el Párroco de Nuestra Señora de la O era el Rvdo. Padre Cristóbal Escribano Oliva.



Otra muestra de unión tuvo lugar pocos años mas tarde, en 1951, cuando la Virgen del Rosario Galeona viajo a Rota con motivo del nombramiento de la Virgen del Rosario como Alcaldesa Honoraria de la Villa. El acto de entrega del bastón de alcaldesa se celebró el día 11 de agosto y una semana después embarcó La Galeona en un buque del ejercito para visitar a su homónima de Rota. La Virgen fue recibida por el alcalde de Rota, don Ignacio Liaño, quien le hizo entrega del bastón de mando de la ciudad mientras que estuvo en la villa. La Virgen fue escoltada por la marina desde se desembarco en el muelle hasta la Parroquia de Nuestra Señora de la O.



Por último y como acontecimiento más reciente tenemos que destacar una nueva visita de la Galeona con motivo de la Coronación Canónica de la patrona roteña en el año 2003. Los actos previstos para la Coronación de la Virgen se iniciaron 1 de agosto con la llegada a la Villa de la imagen La Galeona sobre las ocho y media de la tarde a bordo del patrullero de la armada “Cándido Pérez” a la zona pesquera del Puerto Astaroth, procedente del convento de Santo Domingo. La Virgen vino acompañada durante la travesía de numerosas personalidades, autoridades religiosas, prior de los Dominicos de Cádiz, fray Pascual Saturio Medina; representantes de la hermandad del Rosario de Cádiz; del almirante de la Base Naval de Rota, don José Enrique de Benito Dorronzoro; cuarto teniente de alcalde de Ayuntamiento roteño, don Antonio Alcedo, y del presidente de la Comisión Ejecutiva para la Coronación, don Felipe Benítez Ruiz Mateos.

Esperaban en el muelle numerosas autoridades, encabezadas por el alcalde de la Villa, don Lorenzo Sánchez Alonso, miembros del equipo de Gobierno, representantes de la Policía Nacional, Guardia Civil y de todas las parroquias y hermandades de la localidad, así como numeroso público. Una vez desembarcada la imagen de la Virgen, tomaron la palabra el señor alcalde de la Villa y el prior de los Dominicos para glosar el valor e importancia de esta visita, haciendo el señor alcalde entrega a la Virgen del bastón de mando. Seguidamente se organizó la procesión que había de trasladar a La Galeona hasta la parroquia de Nuestra Señora de la O, acompañada de las autoridades, representaciones y numerosos fieles. Una vez dentro del templo se celebró una multitudinaria eucaristía de bienvenida, terminada la cual se procedió a la entrega formal en depósito por parte de la comunidad dominica gaditana a la Villa de Rota, personificada en su alcalde, autoridades, hermana mayor del Rosario y presidente de la Comisión Ejecutiva. Concluido éste, la imagen quedó depositada en el interior del templo parroquial, donde había de permanecer hasta el día 3.

En la tarde noche del día 2, sábado, tuvo lugar el rosario vespertino con la imagen de La Galeona procesionando entre miles de fieles por el Paseo Marítimo de la Costilla a la luz de las antorchas. El recorrido se prolongó hasta la plaza de Jesús Nazareno, desde donde emprendió el regreso por la playa. A las siete de la tarde del día 3, último de estancia de La Galeona en la Villa, se formó la procesión que había de trasladar la referida imagen al muelle, donde sería embarcada para su vuelta al convento gaditano de Santo Domingo, siendo despedida por numerosos devotos. Llegaría a Cádiz a las 8 de la tarde.